Desperté ésa mañana y ya nada era igual que antes.
Hacía frío, y me costó trabajo encontrar mis cosas.
El día comenzaba, tenía que hacer algo importante
Necesitaba todos mis sentidos dispuestos
Pero mi mente trabajaba en otra área.
Comencé a pensar si acaso lo dicho habia sido fiel copia de mis pensamientos.
Y no, me di cuenta que partes de aquello reflejaban lo que creía posible
Partes y no un todo.
Así entonces no se podía trabajar.
Todo era distinto, sentí esa mañana por primera vez mis ojos bien abiertos
Mis sentidos desganados
Mi vida olvidada y perdida
Y tú ... Dormías.
Al principio el silencio fue parte de mis pasos
Luego perdí el respeto por tu sueño, y encendí la luz
Volviste a ocupar todo tu territorio entre las sábanas.
Me sacaste primero de tu cama.
Me hubiera ido a la playa en ese momento, pero mi dirección era otra.
Y debía cumplir, no podía faltar, sabiendo que mi mente no estaba dispuesta.
Luego de encontrar mi otro aro, despertaste creo por el ruido.
Te miré toda esa mañana, como dormías y me di cuenta que siempre fuiste tú.
Y yo ... dejé de ser yo.
Aunque parecía un fantasma, no podía salir sin que me abrieras la puerta.
Me acerqué a terminar de despertarte, y tomé mis cosas con ímpetu.
Revisé que nada mío quedara en tus tierras
Y bajé las escaleras, como nunca tan rápido como pude; tenía que salir de ahí.
Mis pasos eran certeros, la dirección exacta
La puerta cada vez cerca, la llave sonó, y sentí la mitad de mi cuerpo
En libertad.
Mi cuerpo, más no mi espíritu.
Ése se quedó un rato más deambulando dentro de tus paredes.
Al igual que el último beso.
Un: "Que te vaya bien"
Y el aire de un miércoles por la mañana.
La reja helada, los perros no pudieron salir.
Comencé a conocer recien donde andaba
Iba tan inmersa que casi me atropellan.
Pero pude llegar a la calle
Di vuelta mi rostro.
Vi la ventana reflejando el sol luminoso
Miré al suelo mis zapatos embarrados
Y caminé sin detenerme.
Y ahí ... justo antes de llegar al paradero.
Luego de no sentirme allí
No sentirme ...
Me dije:
No quiero más ... Esto se acabó
¿Pero te cuento algo?
La noche anterior ... Después de conversar y antes de dormirnos ...
Estabamos tan dentro que cerré mis ojos
Para sentirte una última vez.
Y no pude. No te encontré.
Y ahora ... Me queda el recuerdo de como fui feliz por algunas cosas.
Y la iniciativa de seguir siéndolo porque sé que la felicidad nunca podrá acabarse para mí.
*Y sin pensarlo, porque sabia eso hace mal .. Dejó el lápiz a un lado, y volteó con fuerzas la hoja*
Hacía frío, y me costó trabajo encontrar mis cosas.
El día comenzaba, tenía que hacer algo importante
Necesitaba todos mis sentidos dispuestos
Pero mi mente trabajaba en otra área.
Comencé a pensar si acaso lo dicho habia sido fiel copia de mis pensamientos.
Y no, me di cuenta que partes de aquello reflejaban lo que creía posible
Partes y no un todo.
Así entonces no se podía trabajar.
Todo era distinto, sentí esa mañana por primera vez mis ojos bien abiertos
Mis sentidos desganados
Mi vida olvidada y perdida
Y tú ... Dormías.
Al principio el silencio fue parte de mis pasos
Luego perdí el respeto por tu sueño, y encendí la luz
Volviste a ocupar todo tu territorio entre las sábanas.
Me sacaste primero de tu cama.
Me hubiera ido a la playa en ese momento, pero mi dirección era otra.
Y debía cumplir, no podía faltar, sabiendo que mi mente no estaba dispuesta.
Luego de encontrar mi otro aro, despertaste creo por el ruido.
Te miré toda esa mañana, como dormías y me di cuenta que siempre fuiste tú.
Y yo ... dejé de ser yo.
Aunque parecía un fantasma, no podía salir sin que me abrieras la puerta.
Me acerqué a terminar de despertarte, y tomé mis cosas con ímpetu.
Revisé que nada mío quedara en tus tierras
Y bajé las escaleras, como nunca tan rápido como pude; tenía que salir de ahí.
Mis pasos eran certeros, la dirección exacta
La puerta cada vez cerca, la llave sonó, y sentí la mitad de mi cuerpo
En libertad.
Mi cuerpo, más no mi espíritu.
Ése se quedó un rato más deambulando dentro de tus paredes.
Al igual que el último beso.
Un: "Que te vaya bien"
Y el aire de un miércoles por la mañana.
La reja helada, los perros no pudieron salir.
Comencé a conocer recien donde andaba
Iba tan inmersa que casi me atropellan.
Pero pude llegar a la calle
Di vuelta mi rostro.
Vi la ventana reflejando el sol luminoso
Miré al suelo mis zapatos embarrados
Y caminé sin detenerme.
Y ahí ... justo antes de llegar al paradero.
Luego de no sentirme allí
No sentirme ...
Me dije:
No quiero más ... Esto se acabó
¿Pero te cuento algo?
La noche anterior ... Después de conversar y antes de dormirnos ...
Estabamos tan dentro que cerré mis ojos
Para sentirte una última vez.
Y no pude. No te encontré.
Y ahora ... Me queda el recuerdo de como fui feliz por algunas cosas.
Y la iniciativa de seguir siéndolo porque sé que la felicidad nunca podrá acabarse para mí.
*Y sin pensarlo, porque sabia eso hace mal .. Dejó el lápiz a un lado, y volteó con fuerzas la hoja*
Stephanie Solange
Smith Sánchez
Smith Sánchez