27 mayo 2012

Auto-Espejo

Me encuentro tranquila y feliz, viviendo finalmente lo que anhelaba hace mucho. La familia se encuentra bien y en paz, y el amor que puede darse y sentirse en el aire es verdadero, trayendo consigo alegría y dicha a todo el cuerpo.

¿Qué es lo que ocurre ahora? Hay que defender, cuando sea necesario, lo que con mucho esfuerzo y esperanza se ha logrado construir. Me encuentro en una posición por sobre quienes crean ó piensen que mi vida podría no ser mejor. Me hay en la cima, observando y esperando pacientemente por si acaso alguien se atreve a quitar lo que he construído de su lugar. Hay que ser cautelosos, seguir viviendo todo lo que la vida permita, y cuando sientas que ocurre algo que no corresponde a lo que ya conoces, sin que nadie te embauque de lo contrario, debes avanzar.

.... Porque una de las personas más importantes en este momento, es la Sota de Oros, con quien me encontré y de quien me enamoré. Alguien inteligente, que sabe lo que busca y por ende lo que quiere, que posee grandes responsabilidades a pesar de que muchas no le correspondan por naturaleza. Es alguien especial, por lo que no permitiré que la vida le quite minutos de alegría, porque él lo merece. Y yo pretendo que él siga siendo feliz.

Todo esto se debe al equilibrio que con el tiempo hemos logrado, el que esta relación sea lo suficientemente honesta y transparente, para así sentirnos plenos y tranquilos. Logramos el Control Emocional. Ambos hemos captado el significado de equilibrarnos a tiempo completo, siendo racionales pero también no olvidando el que nuestro corazón también nos habla, y nosotros después de mucho andar, logramos finalmente entender sus plegrarias.

Estamos ya en la etapa de disfrutar del amor completo, y de la abundancia que trae consigo. Ahora debemos vivir, sabiendo siempre que todo es real, y hermosamente cierto.

... Existe.


Nos encontramos seguros, felices, podríamos decir que algo de sabiduría hemos conseguido, ya que percibimos finalmente como corresponde el mundo. Ya no pensamos lo que no ha sido, sino en lo que queremos que sea, y en lo que es porque ahora lo vemos. Luego de sentirnos tan completos entonces, ahora nos toca otra tarea aún más compleja: entregar el amor que sentimos a los que tenemos cerca.

El ahora será una renovación: ha llegado el día del Juicio Final y ya que hemos conseguido tantas cosas que se han vuelto parte del "elenco estable" de nuestras vidas, es el instante en que debemos volcar todo aprendizaje anterior en práctica para lograr cultivar el camino a transitar. Espero hayan pasado las noches de melancolía, por no entender el que este mundo no nos acercaba, ó los días en los que tus pasos conseguían de a poco un rumbo. No significa tampoco dar por hecho el presente y obviarlo, sino que junto a lo que es presente, asimilar de manera adulta que te depara el mañana, y aceptarlo, aunque en el momento sea un camino difícil de transitar.

Existe un entorno tranquilo, que posee todo cuánto necesitamos. Tenemos en ambas manos nuestra riqueza que hemos logrado obtener de nuestro esfuerzo, riqueza que no es material sino espiritual. Nos falta ahora el compartirla, desde muy dentro. Todo cuánto soñé cobra un trocito de realidad cada día y de la manera más simple posible.

Pero...¿Qué es entonces lo que ahora temo? Temo por lo que desconozco, pero sobre todo, temo de tener que abandonar lo que con mucho amor he contruído aquí. Son 6 años de experiencias, de vivencias nuevas y completamente enriquecedoras para el alma y espíritu, son años de sacrificio, de entrega, de aprendizaje, de conocerme a mi misma cada vez que lograba mirarme en el espejo. Y ahora, a meses de la etapa final, llega el desenlace y la finalización de lo que he querido ser desde siempre. Y a ese amor, agregarle éste: el que vivo desde que alguien me dijo que era lindo amarlo todo ....

Y ahora que viene .... el Caballo de Copas.

24 mayo 2012

Enamoradira

Cuando te enamoras, se te olvida como hablar ... Te transformas en una especie de "guagua rusa" que recién empieza a balbusear sus primeras palabras, todas con un dejo de ternura obviamente, sino pasarías por ser retrasada.

Pero es lindo, cuando ves a sus ojos, y encuentras el mismo amor que depositas en él. Es lindo en verdad, sentirlo cerca, oler su aroma, tocar su pelo, su piel, su cuerpo, besarlo y sentir que ese beso es cálido, sincero, "enamoradiro".

Y empiezas a mirar hacia atrás, a tu corazón cuando era nuevecito, y esperaba con ansias que llegaran estos momentos... ESTOS.
¿Pero que pasó? llegaban otros, y tú anhelabas con que fueran los mejores, aunque muchas veces te llevabas sorpresas que te hacían dudar del amor verdadero.

Estoy feliz de que finalmente estos días hayan llegado, y los esté viviendo como nunca pensé que podría amar. Porque son estos acontecimientos reales, tangibles los que te permiten mirar a tu alrededor y percatarte de que no hay NADA NI NADIE que en estos momentos te haga sentir lo contrario. 

Bueno, a veces el estómago, pero ese es cuento aparte.

El dolor de los que somos felices

Cuando duele, respiro.
Cierro mis ojos, y me deleito del ruido exterior, sólo para olvidar que duele.
Y espero a que pase, o quizás espero entender algún día porque simplemente no deja de doler.

La boca se hace chica, la lengua se incomoda en su espacio, quiere salir, cortarse, desaparecer.
Porque duele, sin saber el motivo, duele y ese dolor se expande como una plaga que puedo detener a tiempo, es sólo que el dolor, la molestia me impide respirar con toda la capacidad pulmonar que poseo.

Se convierte en un círculo vicioso, y yo me transformo de un momento a otro en una maniática sin fin.
Por no entender, que va más allá del dolor, de la incomodidad, de la poca perfección del cuerpo y la relación directa entre este malestar y mis pensamientos. Nada ni nadie se ha dado el tiempo de explicarme.

Nadie.

Yo busco por osmosis las explicaciones estúpidas para quedarme tranquila:
"es muscular; no debiera molestar, ya no hay nada dentro; quizás sea el frío, quizás sea la idea de dolor"
Lo único que finalmente comprendo después de todo, es que calmándome un poco, pueden mejorar las cosas.

Y el resto sigue teniendo sus dolores, y yo, como estoy bien y feliz, debo también cumplir con el mío, digamoslo así para no afirmar que estás viviendo BIEN en la vida. Porque también algo te molesta.
¿Será eso en verdad? No puede ser esa estupidez, lo cierto es que desconcentrándome, el dolor se olvida.

... Que no duela, que no duela.