Guillermo entra, cierra la puerta del departamento: es un dia caluroso y los colores del atardecer dan a todo un color amarillo anaranjado ...deja el maletin en el sillon, lanza la corbata por ahi y va a la cocina, mientras se desabotona la camisa... por fin un momento de tranquilidad sin problemas; toma una cerveza del refrigerador y se pone a leer el diario.
Gabriela, desde que sintió la puerta cerrarse, se inquietó un poco, desde su pieza. Apagó la televisión, se puso zapatos comodos y se levantó de la cama, con dirección hacia la cocina. Notó que la chaqueta habia quedado tirada sobre el sillón; que el maletín quedó sobre la mesa, y la corbata casi cayéndose de una silla ... se acercó en silencio entonces a la cocina, vió que él se encontraba de espaldas a la puerta de entrada, con la camisa desordenada fuera del pantalón, y un par de botones sueltos ... en silencio se acercó, hasta sentirse muy cerca, sin que Guillermo notara su presencia; pudo sentir su aroma, y luego de dejar a un lado el pan con mermelada que él se preparaba, hizo que girara, quedando frente a frente hacia ella ... un beso tierno, fué su bienvenida, pero en vez de seguir preparándose la once, ambos notaron que podría suceder algo más.
Desde la cocina, él la dirigio al sillón, que daba a un ventanal a la playa, arrastrando cada pie, sintiendo como cada movimiento causaba las más diversas sensaciones en toda su piel, podia sentir la mano firme y delicada de su compañera. Se sentó en el borde del sillón, contemplando el sol que caia, en tanto ella, detras de él, lo rodeaba con sus brazos mientas se dejaba inundar por la tierna y acogedora luz del atardecer. Guillermo respiró profundo, mientras notaba el frio tacto de las manos de su prometida en el cuello, guiandolas luego hacia su pecho, mientras que levantaba el rostro para besarla.
Los botones abrochados, que impedían ahondar en el torso de su amante, fueron rapidamente expulsados de los ojales, mientras que los besos, tiernos al principio, se fueron tornando cada vez más apasionados e intensos ... las manos de ella, revoloteaban por el cuello, el pelo y luego la espalda, mientras que él devolvía el tacto sintiendo su pelo largo caer sobre su hombro izquierdo .... ella lo tiró hacia atrás, y ambos cayeron al sillón en el que cerca se encontraban, sin dejar de lado los besos ... estando ella tras él, pasaba sus manos continuamente por el pecho de su compañero, bajando cada vez más, hasta llegar al cinturón, para luego volver al cuello, y nuevamente bajar, como si fuera un juego interminable ... él, al darse cuenta de su insinuación, soltó la correa del cinturón, desabrochándolo... ella se levanta entonces, para disponer su cuerpo sobre el de él. Los cojines del sillón hacían que el espacio en el que se encuentran, sea aun más reducido, compacto e intimo
Guillermo, queriendo sentir su piel, mete las manos por debajo de la polera, y de vez en cuando ubica el mechón porfiado que ella tiene, debajo de su oreja, para poder ver siempre su rostro.
Sintiendo las manos de Gabriela por su ya libre torso, su deseo comienza a prenderse en lo mas profundo, sintiendo en toda su piel el tacto de sus manos, deseando con fervor que estas bajarn por su vientre y mas si sentia sus pechos, acaricio su cabello mientras los besos perdian su ternura. Cuando ella dio señal de querer seguir bajando, desabrocho su cinturón, justo antes de que ella se pusiera encima. Aprovecha este momento para apretarse firmemente contra ella, mientras sus manos ya nada timidas recorren por completo su espalda, descubriendo en agradable sorpresa que no habia nada debajo de su polera para detener sus caricias. Inclinandose un poco hacia atras para poder acariciar su vientre, subiendo lentamente a sus pechos que acariciaba a veces ligero y a veces firmemente mientras la envolvía con caricias, besandola, decendiendo sus dedos por su suave cabellera, disfrutando el tacto de seda que le proporcionaba. No tardo en comenzar a levantar la polera de ella, liberando su cuerpo, permitiendo que sus vientres y pechos se encontraran, con ese calor y suavidad que lo embriagaban; el contacto de las pieles incitaba a ambos a seguir y una leve capa de sudor los cubria, mientras ella jugaba ahora con su pelo, al tiempo que acariciaba su espalda y lo besaba ya apasionadamente.
Los cojines del sillón poco a poco comenzaron a caer al suelo, mientras que ambos ya comenzaban a sacarse los pantalones, uno al otro, ella en un movimiento agitado, saca el cinturón de los pantalones, y desabrocha el único boton que la distanciaba de la protuverancia que hacia rato venia sintiendo cerca de ella ... a su vez, él metía sus manos bajo la falda, sacando con precisión su ropa interior ... la que se enredó en las piernas de ella, provocando que ambos cayeran al suelo, sobre los cojines ya dispuestos: el quedó ahora sobre ella ... y levantando su falda ... terminó de sacarse su ropa interior ... ambos ya candentes y excitados, en el piso se besaban con pasión, ella le abrazaba desde la espalda, acariciando de arriba a abajo, apretando sus glúteos para sentirlos, y subiendo hasta sus hombros, para de vez en cuando rasguñarlos.
Sintiendo la fricción, el calor y la humedad en su miembro erecto, ansiaba entrar de una vez en ella, sintiendose descontrolado por su cercania y sus caricias. retirandose levemente busco el mejor angulo, y, ayudandose de una mano, ubico su cabeza en la entrada de su vagina, acariciandola primero con un movimiento de arriba-abajo, introduciendo luego lentamente la cabeza, inundandose de la sensación mientras oia la respiracion ya muy agitada de su compañera. luego se retiro y entro un poco nuevamente, asi varias veces, hasta que, en un gesto de abrazo con un beso profundo, entro completamente en ella.
Los movimientos oscilantes cada vez se volvieron más constantes... en tanto ella sentía como él entraba y salía, ya las exclamaciones de placer comenzaron a notarse un poco más. se separaban y se unian, lenta y profundamente.el empujaba un poco mas cuando ya no podia avanzar, soltando un gemido profundo al oido de su compañera que respondia a sus movimientos con sonidos y ella, mientras más dentro sentía que él llegaba, más caliente se sentía, provocando que entre los besos, los labios fueran también mordidos ...
Guillermo sentia las ugnas de ella en su espalda, lo que lo exitaba mas; sus movimientos eran amplios, se retiraba hasta casi salir para luego entrar en lo mas profundo, en un gesto que era cada vez menos delicado, mientras sentia contra todo su cuerpo la piel de seda de ella, por tanto ella, tomaba de vez en cuando el pelo de su compañero, para tirarlo con fuerza.