22 marzo 2012

Departamento de Realidad

Me alegra tocar mi pelo y sentirlo más sano. Más sanas también son las ideas de lo que significa vivir en realidad.

Cuesta creerlo pero hace tiempo dejé de tener 10 años ó menos. Incluso de ser mayor de edad, sino que ya comencé sin percibirlo en un 100% a ser mujer.

Son las causalidades de mi vida quienes me enmarcan constantemente en la demencia temporal de haber sobrepasado la niñez y adolescencia. Ya nada ni nadie podría decirme lo contrario.

Es justamente ahora mi último año universitario, el encontrarme en el umbral de mi próxima existencia, el colaborar por tener el mejor futuro y vivir tranquila del presente y sus intransigencias.

Quiero que cada día la luz de mi espíritu ilumine mis pasos, hasta llegar al esplendor de la vida y así poder distinguir de aquello, tantas circunstancias que han sido ya descritas, más no vivenciadas.

Dejaré de sentirme mal, de hacerle caso a mi estómago y me dedicaré a solo existir porque así lo quiero, y así habría de ser.

Desde ahora intentaré con todas mis fuerzas llegar lejos, donde mi espíritu y mis capacidades así lo permitan.

Ya con 23 años puedo percibir lo que significa para mi la vida y que es lo que yo pienso que en ella podría ocurrir. Porque si el granito de arena lo pone una, entonces las cosas se logran de manera más oportuna y da buenos y satisfactorios frutos.

Sería un año de reencontrarme con mi familia, más de edad, más específica, en otra etapa ella y también yo. Con mis convicciones claras y con el ánimo de entregarles un trocito de lo que soy para que lo atesoren en sus corazones, para llevárselos de a poco en paz. Será un año de cambios en muchos aspectos, de encantarme nuevamente con lo antiguo y encantarme de la gente, aquellas que no van con mis principios, pero que generan diversidad de opiniones e intercambio verbal y psicológico de palabras que no siempre llegarán con buena acogida, pero que al menos se hace por ello el intento.

Tendré que instruir a mi madre y convencer a mi padre sobre lo que e adquirido de la vida para generar mi próxima adultez. Será el año final de todos estos eventos afortunados por los que he tenido que pasar para convertirme en lo que soy; será este "alguien" quien un día de marzo del año 2009 tomó una micro que la llevó al lugar donde todo sueño, toda idea cobraría finalmente su ticket para convertirse en parte de la realidad, esa realidad que es música en todos sus sentidos más universales y que se ha impregnado en el ser abstracto para proyectarse en cada canto y creación que haya existido.

No hay arrepentimiento, obviamente hay momentos extremos de penas y alegrías, de dudas y certezas que con el paso del tiempo fueron enmarcando la senda de mis días. Y con esto no solamente hago referencia a lo académico, sino también a lo personal, lo más complejo incluso que me haya tocado vivir en esta atmósfera musical: momentos de altos y bajos, quedándome curiosamente con los segundos (jaja). Instancias de calentura, descubrimiento, enamoramiento y finalmente realización. Aprendí a amar, a comprender, también a dejar mi pensamiento impregnado en el aire. Ya no era la niñita, la hija única. Era la mujer, dolida a veces, alegre en otras. La curiosa, la amante, la alentadora, la independiente. Quien reía y soñaba, pero que ahora aparte de hacer todas esas cosas, también VIVE; pero de verdad.

Sé que el mundo que conozco no simboliza ni la octava parte de lo que en realidad es. Espero conocer más de él, y de quienes lo integran, para finalmente llevarme de mi vida la mejor impresión de lo que significa poner los pies en esta tierra... Y existir aquí.