Y cada día que pasa también es un reencuentro.
Una sombra que se vuelve de a poco luz
Una mujer que se reconoce en el espejo
Una idea que se funda y se transforma de a poco en realidad
Una sensación de plenitud, de sosiego, de calma, de paz.
Cada día que pasa, es otro nuevo día
Se vuelven notoriamente similares pero en el interior se sabe que son distintos.
Cada día, es un comienzo, una oportunidad de seguir avanzando
Es un momento único, y es tuyo.
No he dejado de darme cuenta que las quejas no van conmigo
Porque no hay razones, nunca las ha habido.
Los sentimientos se van renovando, se van transformando en cosas buenas.
Las personas se convierten en partes únicas de la vida, en experiencias.
Si yo fuera tú, te animaría a continuar.
Si tu fueras yo, te darías cuenta que es lo mejor que sucede.
Si ambos fuéramos uno, esto no habría tenido un principio
Si ninguno fuera algo, simplemente habrían solo finales.
No comienzos.
Sino finales.
Y ahora, en mi partitura existe una nueva hoja, con un pentagrama en blanco esperando poner mis primeras notas.
Y desde siempre, las hojas de composiciones anteriores han sido archivadas y aprendidas.
No de memoria, sino del alma.